jueves, 27 de marzo de 2014

Homenaje a la Morá Inés - Lilian Grinspan

Palabras de la maestra Lillian Grinspan

Confieso que cuando Gustavo me pidió que hablara esta noche, se me hizo un nudo en la garganta… pero como decir que no, cuando se piensa en Inés.

Amiga, madre, morá, compañera incondicional, un regalo para el alma y una caricia al corazón, una luchadora de la vida, mujer creativa como pocas he conocido.

Un sí profundo y comprometido para toda ocasión, necesitabas un oído, ahí estaba Inés, una compañera para ir al dentista y poder apretar una  mano en el peor momento, Ia flaca  presente, compañera de hospital, presente en el crecimiento de nuestros hijos… en enseñarles a nadar, a montar bicicleta, cazar bichitos de luz y podría seguir en un listado interminable. No nos cansaríamos de escuchar y de recordarla en todos esos momentos.

Apasionada de recorrer la vida, ir contra la corriente en determinadas situaciones, buscando la justicia y poniéndose la camiseta de lo que defendía.

Sus pasiones: Sus hijos de sangre, los hijos de la vida, sus alumnos (muestra fue hoy en el acto de recordación del colegio, al terminar nadie quería irse, todos queríamos ver, escuchar y recordar más, de Inés), el Estado de Israel como su bandera, por supuesto su querido y entrañable Uruguay.

Cuando hablamos de Inés en el colegio, lo hacemos sabiendo que ha dejado una profunda huella en los niños  y niñas y obviamente en nosotros los maestros, ¿cómo no aprender de sus clases, las cuales eran planificadas con sabiduría, creatividad y pensando en la diversión de sus alumnos?

¿Quién no se acuerda de los regalitos hechos en Rosh Hashaná, Januca, Purim, en donde se recorría todas las tiendas y pasaba horas y horas en su casa pensando y haciendo cada uno de ellos con  dedicación y poniendo el corazón en lo que hacía, entre mate y mate?

Hay tanto para decir, recordar y agradecer de Inés. En este momento solo quiero agradecerles a todos ustedes  por estar aquí y por ser parte de la vida de esta personita tan especial, que tuvimos el privilegio y la dicha de que se nos cruzara en nuestras vidas.
"Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles." (Bertolt  Brecht)
De estas era nuestra querida amiga Inés.

Muchas gracias 

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